Llueve afuera.
Desde mi ventana veo
las casas dormidas.
Siento voces en la calle,
alguien pasa corriendo.
La noche está serena.
La lluvia me inunda
el alma de felicidad.
Felicidad extraña, la mía.
Salgo y un cristal líquido
besa mi rostro pensativo.
Las noches lluviosas
me inspiran poesías
No tengo sueño.
Mi mente es más clara.
Una fresca brisa
acaricia mi cuerpo empapado.
Me siento feliz,
aunque sola.
Una persona ahora,
a mi lado,
completaría esta dicha momentánea.
El 17 de noviembre de 1988 llovía sobre Tucumán. Esa noche, como tantas, escribí.
ResponderEliminarEs muy grosa tu poesía.. pero más groso que te acuerdes la fecha, je. Yo siquiera sé que escribí ayer... :P
ResponderEliminarVuelvo en breve, me voy a comprar un paraguas.
Arácnidos saludos.
Capitán: ya quisiera que mi memoria fuera tan buena. Pero es que dentro de mis muchas manías y taras, figura la de colocar la fecha en todo lo que escribo. Es así, nomás. Gracias por tus palabras, siempre.
ResponderEliminarUn saludo fuera de foco...