domingo, 27 de mayo de 2012

Horas negras

Yo sé que el mundo sigue andando, pero hoy me importa realmente poco. Nada. La tristeza me atrapó y no piensa soltarme.

Si al menos pudiera hacer algo... Pero no depende de mí. Y qué ganas de tirar todo a la basura y seguir con lo mío, con lo que me importa y me hace bien.

Y ahora, contrariamente a lo que quiero, paso las noches mirando cómo avanzan, lentas, las horas. Mi apetito se fue al Congo y un espantoso dolor de cabeza me tiene presa. Y yo necesito mi cabeza sin dolor y sin molestias...

Es una enfermedad espantosa y no es mía, pero me duele. Tal vez, me dolería menos si fuera mía. Pero esta crueldad me da donde duele más, en mi vieja vulnerable.

Ya sé que es la ley de la vida... y no me importa, porque me duele igual. No tengo manera de aliviar nada. No hay aspirina para el alma, y yo necesito un lexotanil.