Tal vez puedas verme,
la piel rosada, soy robusta...
Pero mi alma está famélica.
Se perdió mi fruto,
mi sueño, mi niño...
El anhelo de mi corazón.
¡Tan poco tiempo lo tuve
y se fue tan rápido!
Era mío, pero ni siquiera
pude ver su carita de ángel.
¿Y mis planes para él?
¿Y mis sueños de sentirlo
crecer en mi vientre?
¿Y mis brazos para protegerlo?
¿Qué hago si ya no está?
Ya sin él, estoy vacía,
tan vacía...
Te fuiste, mi bebé,
en una nube blanca.
Y ahora lloro
tu muerte antes de nacer.