martes, 20 de diciembre de 2011

Lo que aprendí

Aprendí a sonreír
incluso cuando no quiero.
Aprendí que la semana
tiene siete días,
aunque yo trabaje nueve.
Aprendí a sobrevivir
 el domingo por la noche
para llegar al viernes de tarde.
Aprendí los trucos del truco
sin saber jugarlo.
Aprendí que una malformación
no es siempre fealdad.
Aprendí a no celarte
porque no tiene sentido:
de todos modos te irás.
Aprendí que el sur
es tan hermoso como el norte,
aunque mi corazón esté en el centro.
Aprendí que no hace falta matar
para eliminar a alguien
y que el dolor de la traición
puede convivir conmigo
aunque hagamos de cuenta que no está.
Aprendí que puedo soportar
hasta lo insoportable
por menos de lo que vale.
Incluso aprendí que traición
tiene ocho letras
que no pesan tanto
como las seis de perdón.
Aprendí que el desarraigo
no es siempre malo,
aunque sí es doloroso.
 Aprendí a soñarte
para no sentirme tan sola
y a saber que estás cerca
para intentar ser feliz.
Aprendí a conformarme
con tu mirada insinuante
cuando lo que anhelo es tu caricia.
Y aprendí que todo lo puedo
porque tengo Esperanza.