Dolor
agónico de siempre,
que
no te vas,
que
siempre estás.
Terrible
premonición del final,
inminente,
definitivo.
Mi
querido dolor,
más
fiel que muchos amores,
enhebrado
en mis noches
velando
mis sueños
y
pesadillas.
Agonía,
te veo en la soledad
y
en la oscuridad
con
mis ojos rojos,
agotados
y cansados.
Dolor
que me acompañarás
sólo
hasta que Él quiera,
hasta
mi Día de Esperanza.