sábado, 18 de junio de 2011

Vicky


Era mi amiga, por eso vivíamos juntas. Su rebeldía no dejaba que nadie se impusiera a sus ganas de hacer cosas. Si para mí era hora de dormir, para ella era hora de salir con ese negro que tenía por novio, que no tenía la decencia de entrar a buscarla y que la llamaba a gritos desde la vereda. Y yo, ¿qué podía decir? Ella era libre y hacía lo que le parecía.
Se llamaba Victoria, pero le decíamos Vicky. Comía conmigo en mi mesa y, a veces, tomaba agua de mi vaso.
Vivíamos solas. Yo trabajaba y ella cuidaba la casa durante el día, porque de noche yo quedaba sola. Vicky volvía como a las seis de la mañana, casi siempre cuando ya era hora de levantarme para ir a trabajar. Nunca le pregunté, pero me parece que dormía hasta tarde cuando yo no estaba.
Supongo que le gustaba vivir conmigo porque yo la admiraba. Vicky era totalmente libre, tan libre como yo quería ser alguna vez.
Nunca me lo dijo, pero yo sé que me quería. Vicky era mi gata, pero más que eso, era mi amiga. Y yo no había preparado mi corazón para su partida.

martes, 14 de junio de 2011

Demasiado amor

Amarte tanto parece mi condena.
 Y esta noche, fría,
oscura para nuestras almas,
siento que te pierdo para siempre.
Te vas dejándome sola...
es un absurdo real.
Nos amamos
pero nos separamos.
¿Puede tanto amor destruirnos?
La noche parece demostrarme que sí.
 Demasiado amor
no nos hace bien.
Estoy condenada a sufrir
por tu amor.
Y por el mío.
Te  necesito conmigo.
Si te vas,
ya no podré seguir.
Sin tu compañía
nada tiene sentido.
Todo es insulso.
La vida pierde su encanto.
El corazón me duele enormemente
 pero ya no estás aquí.

miércoles, 1 de junio de 2011

Tatuajes en el alma

Soy lo que pude ser
más allá del dolor y la alegría,
de la paz y la confusión,
de lo que me inculcaron a pesar de mis genes.

Llevo marcas indelebles en el corazón,
tatuajes en el alma,
que marcan el derrotero
de cada día.

Soy mi mejor versión
con las herramientas que conseguí.
Soy lo más aceptable que pude.
Y lo único que quiero,
lo único que anhelo,
es que me aceptes
y te quedes conmigo
a pesar de mí.

VOS

Era el 11 de noviembre de 1989. Estaba muy enamorada de cierto joven alto y morocho, vago y simpático, cuyo nombre resguardo. Se acababa el Colegio Secundario y la nostalgia era el oxígeno que respiré cada día... durante mucho tiempo. De esa época, son estos versos. Disfruten de las primeras letras enamoradas de una adolescente.

VOS

La noche es clara,
 una fresca brisa me acaricia.
La luna esconde su rostro
 detrás de las tupidas nubes.
Y yo estoy pensando en vos.
Sí, en vos que me quitás
el sueño y la vida.
En vos que sos tan simple
y tan complicado.
En vos, que con tus ojazos
 iluminás mi senda.
Si no estás
 no soy nadie, no vivo.
Acércate, abrazáme fuerte.
Decíme que me querés,
que me amás,
 y, por favor,
nunca me abandones.