Era el 11 de noviembre de 1989. Estaba muy enamorada de cierto joven alto y morocho, vago y simpático, cuyo nombre resguardo. Se acababa el Colegio Secundario y la nostalgia era el oxígeno que respiré cada día... durante mucho tiempo. De esa época, son estos versos. Disfruten de las primeras letras enamoradas de una adolescente.
La noche es clara,
una fresca brisa me acaricia.
La luna esconde su rostro
detrás de las tupidas nubes.
Y yo estoy pensando en vos.
Sí, en vos que me quitás
el sueño y la vida.
En vos que sos tan simple
y tan complicado.
En vos, que con tus ojazos
iluminás mi senda.
Si no estás
no soy nadie, no vivo.
Acércate, abrazáme fuerte.
Decíme que me querés,
que me amás,
y, por favor,
nunca me abandones.