jueves, 24 de marzo de 2011

Recuerdos (1972)

Los primeros recuerdos que tengo son los que apoyan las fotografías. Me recuerdo en la habitación de mis padres, en alguno de los meses del otoño. El sol que se colaba por las rendijas de la persiana. Veía embelesada las pelusas que mi madre trataba de limpiar, que se le escapaban y quedaban suspendidas en el aire.
Por entonces, (y siempre que tuve conciencia) ya estaba mi hermana. Marcela nació un año y nueve meses después de mí. Pero la gente creía que éramos mellizas aunque diferentes. Yo morocha y regordeta. Ella con el cabello castaño y flaquita.
Si hasta de carácter somos diferentes. Ella siempre alegre y entusiasta. Y yo siempre más rezagada, más tímida. Si. Esa era mi marca: tímida.
Cuando alguien venía de visita a mi casa, notaban la presencia de mi hermana, seguro. Yo estaba en las sombras, miraba sin participar. Supongo que mi objetivo era que nadie notara mi presencia.
Eso se trasladó, incluso, a la escuela. La maestra no me nombraba más que para tomar asistencia.
Pero volvamos a la primera infancia. Espora 872, Punta Alta, Provincia de Buenos Aires. La ropa estaba diseñada por mi mamá y tenía su propio sentido de la estética. Recuerdo un enterito de cuero negro (¡!) cuando tenía tres o cuatro años, con la inscripción: EPA!, en una de las rodillas. Imagino que esa es la explicación a la manera de vestirme en la actualidad.
En mi indumentaria había mucha ropa tejida. Croché y dos agujas. Claro que los modelos eran repetidos. Marcela se vestía igual. Por eso la gente creía que éramos mellizas. Con suerte, a veces cambiaba el color. Las fotos que tengo afirman lo que digo.
Si hasta recuerdo que me enviaban a hacer las comprar del pan  a la panadería de la otra cuadra. Me veo llevando la bolsa de redecilla con el dinero justo para el pan de la jornada. Y hasta recuerdo mi angustia cuando llegué un día y el dinero no estaba en mi mano. Lo había perdido en el camino y nunca supe más de él. También recuerdo a mi madre, recriminándome mi desatención. Tenía cuatro años…

3 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. ¡Bienvenida al blogosfera, desenfocada!

    Es un privilegio dejar el primer comentario en este sitio en donde, imagino, pasaré ratos de grata lectura.

    Sé que te cobija el anonimato, pero yo conozco tu verdadera identidad... Despreocupate, tu secreto está a salvo conmigo!!

    Arácnidos saludos!

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  3. Gracias, Capitán! Nos leeremos mutuamente.
    Desesfocados saludos!

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